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Mostrando entradas de julio, 2025

Cuando piensas que va a vivir… y no

Hay momentos en el refugio que son especialmente crueles. Uno de ellos es cuando un gato empieza a mejorar: vuelve a comer, se levanta con más energía, hasta te mira con esos ojos que dicen “ya casi estoy bien”. Y de pronto, muere. Ese cambio que a veces llaman “la mejoría antes de la muerte” es una trampa para el corazón. Una ilusión que nos hace creer que todo va a estar bien, que ya lo logramos, que podemos respirar. Y de repente… el silencio. El cuerpo tibio que ya no se mueve. La esperanza que se quiebra. Nunca he sabido exactamente por qué pasa. Tal vez es el último esfuerzo del cuerpo antes de apagarse. Tal vez es un respiro para ellos. Pero para nosotros, es un golpe inesperado. Un “¿qué hice mal?”, aunque hayamos hecho todo lo que podíamos en ese momento. También están los que parecen sanos, estables, normales… y mueren sin aviso. Un gato que comía, jugaba, dormía bien, y de pronto cae. No hay fiebre, no hay signos. Nada que nos haya dado tiempo. Y ahí la culpa gri...

Cuando el amor no basta: custodias, decisiones y duelos silenciosos

A veces, el corazón se parte en silencio. Y no por falta de amor, sino por el peso de las decisiones que otros toman… y que tú cargas por tomar también decisiones sin límites.  En el refugio llegan gatos de muchas historias. Algunos los rescatamos nosotros. Otros vienen de personas que quieren ayudar, que intentan salvar vidas como pueden. Pero en ese intento, hay veces en que se delega más que un traslado: se entrega toda la responsabilidad, sin los medios ni la cercanía para asumirla juntos. Y cuando algo sale mal, lo que queda no es solo la tristeza, sino también la culpa. Aunque no debería ser así. Lo que aprendí de los límites que dolió poner Durante años intenté decir sí a todo. Pensaba que ayudar era nunca decir que no. Que si alguien me pedía recibir un gato, debía hacerlo, aunque viniera enfermo, aunque no tuviera recursos, aunque fuera desde otra ciudad. Pero la realidad terminó por enseñarme algo muy distinto: no siempre puedo con todo. Y eso no m...